lunes, 13 de septiembre de 2010

De esas noches qué...

...Cuando eres un jovenzuelo de unos 22 años, ganas no harta, pero si algo considerable, que eso considerable no lo gastas y estás aburrido, abrumado y tus únicas compañeras son un par de niñas con mente más retorcida que un cheto fallido...


Sí, estoy hablando de mi persona.


Y no de ustedes, entidades asexualoides ¬¬



Resulta que cierto día, no recuerdo cual... en una semana que tampoco recuerdo cual, en un momento... ese sí lo recuerdo, fue en la noche saliendo de mi horrible trabajo conocido como "El Rey de los Videojuegos" (o sea, sí, yo soy el Rey y ustedes me la pellizcan). Ya tenía una salida programada que se convirtió en una de esas historia épicas que merecen ser contadas, y recordadas hasta que alguien me golpee la maldita naríz por contarla tanto y mucho y... ustedes entienden.

Ok, para no hacerselas larguisisisima (que así será, así que agarren su cojín favorito, ponganselo entre las ignacias y recenle a la entidd sagrada de su predilección... ah y traigan ungüento para hemorroides también), Mis compañeras de parranda, también Conocidas como Annie y K' "las Demoledoras del Ego" me acompañaron a ingerir tacos al Jacal, Annie no comió porque tenía un pequeño problema que tenía que ver con... errr... digámoslo en Latín: "Cagaleratus in extremis" bien, ahora parece más profesional. Ah si, K' sí me acompañó a cenar, con la promesa de que a ambas me las iba a llevar a ingerir bebidas embriagantes y estupefacientes líquidos... o sea, bebidas preparadas con harrrto alcohol y harto saborizante artificial. al acabar la comida y hacer referencia al guacamole emparentado con las popis que pudieses provenir de Annie, nos fuimos entre risas y destellos, no sin antes cometer la divertida obra de agitar el refresco de lata de la mesa.

Encaminados hacia rumbo desconocido, pasando por una horrenda plaza comercial que de Patio no tiene nada y de panteón sí, hasta llegar a un parque donde lo único que importaba era un baño... un mísero baño. Luego entonces nació la anécdota del "señor que se chaqueteaba frente a las personas", desde mi perspectiva, era algo muy gracioso, desde la perspectiva de mis acompañantes del sexo Femenino, No.

Pasando por el parque repleto de gente idiota que no tenía más que hacer, salvo comer tierra y ver dormir a un ebrio, procedimos a tomar un taxi, o como ahora lo conocemos: "Diversión sobre-ruedas" y dirigirnos hacia ese mítico lugar donde los rios de bebidas preparadas fluian como sino hubiera algo más importante. Que se nos pasa el lugar y tuvimos que caminar entre hordas y hordas de gente desconocida e infeliz sobre el malecón... obviamente a esas horas, uno se encuentra de todo, desde el primo Roba-camionetas de Annie, hasta mi amiga que había muerto en una avalancha de Ski.

Cruzamos la vía terrestre repleta de corceles de acero y llegamos a ese paraíso terrenal en el que el estupefaciente líquido venía en vasitos y vasotes de unicel; no recuerdo las bebidas, pero una era verde y la otra era Azul... verde, mi color estandarte y el símbolo de la victoria... una bebida de a litro no se compara con una de media, así que imaginense el grado de ebriocidad que se cargaban las mujercitas estas... toda una maravilla ambulante... y ebria!

Al caminar por sobre el malecón de la costa hermosa de coatza, a Annie, las ganas de disenteriarse, se le eliminaron y ahora, tenía hambre. mucha. Pinche. HAMBRE.

Desembarcamos en un Jacál (otro, sí) y las carnes no se hicieron esperar... consumieron y fueron felices, y al mismo tiempo destruyeron verbalmente a una señora con sobrepeso, pero a quién le importa, había alcohol en la sangre, había felicidad en las mentes. Había vida. Al ya no poder retener nada más en sus estómagos, Annie y K' decidieron que era hora de mejor llevarse esa comida restante a sus casas y engullirla como si de pelícanos con pezcado recien... errr... pescado (putos sinónimos, ya no me salen como antes ¬¬) y de también regresas a sus aposentos, yo cómo buen jinete decidí también que era hora de ver si pasaban el alcoholimetro y, cómo si de cura en domingo se tratara, este par de graciosas jovenzuelas estaban igual de sobrias... o era yo que por tanto aliento a alcohol ya estaba también briago? nadie lo sabrá.

Al tomar el taxi o Diversión sobre-Ruedas, descubrieron un nuevo deporte llamado: "miren, hacen esto *silva para llamar la atención de los que están chupando en el malecón* y luego luego les enseñan el pinche dedo de enmedio y miren como se cagan parados" y tal y como se los enseñé, aprendieron, y dominaron el arte de "andar y revirar el dedo", todas unas maestras. El conductor del Taxi nadamás se cagaba de risa, fue el heroe de la noche.

Pero de pronto surgió una duda, ya al llegar a nuestro destino, los aposentos sagrados de este par de princesas...¿y el taco que le dimos a la gorda para que lo envolviera para llevar?

...


.......


yo nadamás levanté los hombros... me despedí de ellas y partí hacia mis dominios, a unas cuantas lunas lejos de ahí... y al día siguiente me cagó un pájaro en la playera D:




Moraleja, si en la noche anterior salieron con un par de bellezas, al día siguiente lleva otra playera, nunca sabes si un pájaro te vigiló toda la noche y en venganza te tiró mierda.



Fin.


Ya pues! abranse o los abro a patadas!!!